Nunca antes la Organización Mundial de la Salud había declarado como pandemia un brote generado por un coronavirus. Por primera vez, vivimos una emergencia sanitaria internacional cuya velocidad y escala de transmisión afecta a más de un centenar de países y territorios, con la existencia de casos positivos que ya superan las 120 mil personas; aunque en naciones como la República de Corea y China la pandemia se encuentra en declive.

Una situación extraordinaria de semejante impacto, como la causada por la propagación del Coronavirus, ha implicado, obligatoriamente, medidas también extraordinarias y urgentes, entre ellas, limitar la circulación en espacios públicos y la cuarentena de millones de personas en sus hogares.

En España, por ejemplo, desde este domingo 15 de marzo entró en vigor la aprobación del decreto del estado de alarma en todo el territorio nacional, durante un plazo de 15 días. Con el propósito de frenar el contagio, las personas solo podrán salir a la calle para desplazarse hasta sus lugares de trabajo, adquirir alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad, acudir a centros sanitarios, y otras causas de fuerza mayor o necesidad.
Planificar los menús que se prepararán en casa durante estos días y la lista de la compra de alimentos, ayudará a optimizar el tiempo que dedicaremos a abastecer las despensas en las actuales circunstancias por el Coronavirus. Probablemente con mejores resultados desde el punto de vista nutricional, si optamos por productos que contengan menos cantidad de sal, azúcar o grasas saturadas. Compartimos estos 7 tips que te ayudarán a obtener el máximo provecho en cada compra.

Recomendaciones para abastecer las despensas a largo plazo por el Coronavirus

1- Comienza revisando la comida que tienes en casa: deshazte de productos que ya caducaron y que están ocupando un espacio que seguramente vas a necesitar. Asimismo, intenta planificar el consumo de alimentos muy perecederos que ya tienes en tu despensa y que deberán prepararse durante los primeros días de cuarentena. De esta forma, podrás determinar con mayor exactitud qué necesitas comprar realmente.

2-  Define las cantidades que requieres de cada producto, y el espacio disponible para su conservación, ya sea en frío o en espacios no refrigerados. Recuerda que no se trata de comprar compulsivamente, sino de seleccionar con la mayor exactitud los tipos y cantidades de productos que vas a necesitar para una alimentación saludable y balanceada durante este período.

3- Prioriza la compra de alimentos con una vida útil larga. En este caso, ten en cuenta que productos como la col, la coliflor, la zanahoria, la cebolla, la papa, la calabaza, la naranja y la mandarina pueden conservarse en buen estado durante un tiempo, a diferencia de otros como el brócoli y la lechuga.

4- Grupos de alimentos recomendados: cereales, frutas (conservas al natural, frutas deshidratadas o confitadas, mermeladas y zumos), frutos secos naturales o ligeramente tostados, legumbres (frescas o en conservas), verduras y hortalizas (en conservas, frescas, purés envasados), carnes y productos curados o en salazón, pescados (conservas al natural, en aceite de oliva o salazón), lácteos, y bebidas como café y té.

5- Fechas de caducidad: la pasta seca y el arroz tienen una fecha de consumo preferente de más de 6 meses si se conservan en un lugar seco y sin luz, así como las latas de conservas, y las leches para niños o leches de fórmulas, pero solo mientras permanecen cerradas (una vez abiertas deben consumirse en menos de un mes). Se recomienda el consumo de carnes y pescados en menos de dos o tres días, y congelarlos para alargar su vida útil. En el caso de los huevos bien refrigerados, pueden consumirse durante aproximadamente tres semanas. El chocolate y el café tienen una fecha de consumo superior a seis meses.

6- Gran parte de los alimentos frescos se pueden congelar; también se pueden cocinar los productos que compremos y congelarlos en porciones de acuerdo a la ración que vayamos a consumir. En el caso de la carne y el pescado, puedes preparar filetes o piezas pequeñas de carne que ocupen poco espacio al guardarlas en las neveras.

7- No olvides adquirir productos como azúcar, sal, especias, aceites y vinagres; y harina en caso de que tengas previsto elaborar alguna receta que requiera este ingrediente.

 

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